7 sept 2016

Cumbre del G20: una ocasión perdida para acabar con los subsidios a los combustibles fósiles (493.000 mill $)

La reunión del G-20 en China puede haber sido histórica por la decisión de China y de EEUU, los dos mayores emisores de carbono del planeta, de ratificar el tratado sobre el clima de París, una iniciativa que es casi seguro que entre en vigor en 2017, tres años antes de lo previsto.

Sin embargo, la agrupación de las naciones más poderosas del mundo todavía no ha actuado con la necesaria contundencia para poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles (493.000 millones de dólares), a pesar del acuerdo alcanzado en este sentido en la cumbre del G-20 celebrada en la ciudad estadunidense de Pittsburgh en 2009, en la que se adquirió el compromiso de terminar con los subsidios a este tipo de combustibles, lo que Bloomberg ha definido como la “política más tonta” del mundo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) sitúa los subsidios anuales totales a los combustibles fósiles, si se contabilizan los impactos ambientales y climáticos no pagados, en más de 5 billones de dólares.

El Consejo Editorial de Bloomberg dijo que los subsidios a los combustibles fósiles eran la política más tonta que pudieran encontrar en el mundo, diciendo que ese gasto “ridículo” sería un derroche económico incluso aunque no dañara el medio ambiente.

“Los subsidios a los combustibles fósiles alimentan la corrupción, desalientan el uso eficiente de la energía y promueven industrias de capital intensivo innecesariamente”, decía Bloomberg en su editorial. “Los subsidios sostienen a los productores de combustibles fósiles no viables, son un freno a la innovación y alientan a los países a construir oleoductos antieconómicos y plantas eléctricas de carbón”.

“Por último -y más importante- si los gobiernos quieren tener alguna esperanza de cumplir sus ambiciosos objetivos climáticos, tienen que dejar de pagar a la gente por utilizar y producir combustibles fósiles”, concluye Bloomberg, para quien el compromiso del G-20 de 2009 es “inútil” y “demasiado vago”, por lo que pedía a los gobiernos que se pongan de acuerdo primero en medidas estándar para medir e informar sobre las diversas subvenciones y fijar plazos estrictos para su eliminación.

Los combustibles fósiles reciben 12 veces más subvenciones que las renovables